Pamplinas de una vida

martes, 12 de enero de 2010

Manos

Tanta ternura me abruma.
Tanto chico descontento de caricias y de miradas.
Pesadez que me estresa y me consume.
Peticiones que no saben a chocolate con nata.
Manos, que llaman a otras manos, que tocan a otras manos, que sugieren a otras manos.
Pared pintada con dos nombres olvidados.
Necesidad de suplica, hambre de fragmentos de una buena vida.
Tanta tentación.
Golpes contra una pared sin puerta.
Ir para volver y volver para quedarse.
Cuanta humillación sin precio.
Tanto agradecimiento sin recompensa.
Y todo...
Todo por un compañero de viaje que no sabe ni su propio camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario