Pamplinas de una vida

lunes, 28 de enero de 2013

Django Unchained



(Este texto está escrito para tener de fondo "Freedom", de  Anthony Hamilton y Elayna Boynton)

Pasear por Madrid, durante horas, con el frío y las manifestaciones en Sol. Con la luna al fondo, imaginando que hacemos  películas con Tarantino. Tu sangre a cámara lenta cayendo sobre flores blancas y yo estampándome contra una librería por un balazo. 

Los dos a caballo disparando a los malos (los más malos) y con la piel pintada de negro. Discutiendo sobre si sería mejor otra máscara, mejor que estos paños que una mujer cualquiera lleva cosiendo todo el día. (Mis disculpas a ella, a su marido y a las horas que ha empleado. “Para la próxima lo haremos mejor”).
Y aunque no pudiésemos respirar, volaríamos por los aires como él. Nos auto inmolaríamos  y seríamos felices al ver la secuencia. “¿Te imaginas?” Nuestros cachitos de carne mezclados con un bote de pintura roja y el croma verde de fondo. Me lo imagino. 

También podríamos hacer la pelea, tú puedes ser el que gana y el muñeco de mi cuerpo al que le sacan los ojos. Sólo nos faltarían unos cuantos kilos, amasar algunos músculos y poner la voz un poco más ronca. La mujer seductora y el parqué los podemos contratar aparte. 

Mejor, mejor, mejor. Tú Leonardo DiCaprio y yo Cristoph Waltz en la escena del cráneo. Aunque no sé cuál me gusta más. A ti te pega más el loco, por esos ojos azules llenos de luz y a mí me pega más ponerme barba y luchar por los cuentos que me contaban de pequeña. 

Y para acabar la película podíamos vestirnos de extras y dejarnos masacrar por el protagonista. Multiplicarnos por quince y dejar que sus balas sean más certeras que las nuestras. Me pido al que se queda en el suelo medio vivo, medio muerto y todos le siguen disparando. “¡Joder!”.

No, para acabar mejor dejar de hacernos los cojos. 

“Es un western, no me jodan”. No me jodan, es Tarantino.

Gracias por dejarme imaginar, por soñar juntos (más despiertos que nunca).
Te amo