Pamplinas de una vida

jueves, 20 de octubre de 2011

El germen

El germen ya está aquí. Ya ha empezado a tocarnos las narices y nos ha presentado su pequeño guión, “achús”. No tenemos demasiados pañuelos para soplarnos, se nos han acabado las aspirinas y lo peor es que no tenemos ni un céntimo para comprar más. Pero a lo mejor, sólo por esta vez, la enfermedad sea mejor que el remedio. Ojalá nos contagiemos los unos a los otros y la cura sea nuestro único objetivo. Y quien sabe, puede que al final sean los vértigos los que me han empujado a necesitaros irremediablemente, a saber con convicción lo que me hace sentirme más viva. Creemos juntos el reflejo de esta sociedad que respira aire contaminado y se hacina en el metro que vuela. No encontraremos la solución a todo, pero intentemos conocer todas las infecciones, para saber cuántos pinchazos nos darán en el culo.

domingo, 16 de octubre de 2011

Suiza

Fotografía realizada por M.F.F

Seguimos siendo Suiza. Porque un día lo fuimos y fue inevitable no engancharnos a esa naturaleza. Hoy te has puesto esas gafas y he vuelto a ver los lagos, las grandes charcas azules en las que no sabes si meter los pies sucios o usarlos de espejo anti imperfecciones. Echo de menos ese verano, sin este calor seco de Madrid, sin tanta mierda que me arañe la garganta.

viernes, 14 de octubre de 2011

Jimena

¿Sabes qué? La princesita no cambia. Da igual que pasen mil años o trece, porque ella sigue sonriendo.


Mitad manchega, mitad gallega. Cuando la vi por primera vez era tan chiquitita que me daba miedo abrazarla, pero sólo hicieron falta unos segundos para comprender que detrás de toda esa fragilidad había una fuerza infinita. Porque la pequeña es capaz de sumergirse en el agua durante horas y convertirse en sirena, baila al son de cualquier música y con un “te echo de menos” llena cualquier hueco entre Galicia y Madrid.

Me gusta cuando sueña con tocar el horizonte, con cruzar el charco. Algún día lo haremos juntas, viajaremos tan lejos que no sabremos donde estamos. Celebraremos que ha crecido, que ya no se entretiene con cosas de niños y ahora es ella la que crea el juego.


Porque ella me ha enseñado a cuidar, a decir no, a imaginar, a correr por el césped sin zapatos, a bailar dentro del agua, a hablar de otra manera, a tener voz, a dibujar con más colores, a subir las escaleras y a gritar “¡Careto!” con el mar de fondo.

Gracias Jimena, te quiero mucho.
(Felicidades)

martes, 11 de octubre de 2011

Maybe

Dejo de escribir. Durante un tiempo, con cualquier escusa. La vida se queda en blanco una temporada: me levanto, escucho, como, me vacio. Me quedo ahí, mirando unos días, una semana. 

Y me levanto solo para escuchar cómo me vacio.

Hasta que leo algo que suena a Historia del Zoo y me despierta, algo que huele a locura, a gente extraña, a vida nueva. Eso que leí hace ya tres años, ¡cuánto ha cambiado! 

Entonces empiezo a correr, rápido, descoordinada, en primera fila, agitando los brazos sin sentido, tropezándome, con la cadera rota, gritando, con un grifo en la mano. Alguien mira desde lejos. Unos días, una semana.
 
“I said maybe, you're gonna be the one that saves me…”