Pamplinas de una vida

domingo, 10 de enero de 2010

Cuento de la mujer marchita

El tiempo todo lo cambia, como cambia el tiempo. Hasta ella ha cambiado.

Se levanta entre bostezos inconexos y un sueño roto por el despertador.

“Apresura”, se dice. “¿Estará?”, se pregunta.

Las calles de Madrid están llenas de gente vacía.

Mira una vez más el escaparate de la calle Serrano.
Su mano toca el cristal. Está frío. Recuerda su cama a media noche.

“Apresura”, repite. Entra en la tienda. “¿Estará?”, lo duda.

La señora detrás del estante es el retrato de la peligrosa opulencia.

- Perdone, ¿tiene el modelo que estaba la semana pasada en el escaparate?, dice ella.
- Todo lo que ofrecemos es exclusivo, dice la engreída.

Ella vaga de vuelta a casa.

Pero lo que no sabe es que una mujer marchita dice más que un reloj sin dueño.

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