La sacudida es esotérica.
Miro el horizonte y al final del mar se destapan mis verdades.
Mira el sol, surgiendo lánguidamente, volviéndote a la realidad.
Escenario tonto y cotidiano, que haces débiles a los ilusos y fuertes a los que no gozan.
Salpicón y aparece un nuevo día que te acaricia una pestaña.
Ronronea, que todo dura segundos y ¿sabes?, los segundos duran menos que un segundo.
Fuera la sensación de la ropa apretada y simuladora.
Lejanía y nada más.
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