Pamplinas de una vida

jueves, 29 de julio de 2010

Conversación con un pez

- ¿Sabe?, a menudo me pregunto cómo salpicar al mar.

- Es sencillo. Tiene usted que hablar con él, explicarle que es demasiado grande para ser feliz y que en los castillos de arena viven minúsculos reyes y princesas invisibles.

- Y… ¿después le salpico?

- Sí.

- Pero, nada tiene que ver su eternidad o los castillos de arena con que yo le quiera salpicar.

- No, pero son verdades que el mar escucha una vez cada mil años y le complacen.

- No creo que le halague con la infelicidad.

- El mar es un hombre que nunca ha parado de llorar y se esconde en sus propias lágrimas en el fondo del océano.

- Entonces, nunca podré salpicarle.

- Hable, hable usted con él.

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