Pamplinas de una vida

domingo, 9 de mayo de 2010

Verde azulado

A veces me pierdo un poco. Será que no lo entiendo, será que hace tiempo que deje de entender. Y me miro en espejos rotos y no siento nada. Supongo que la imagen se desfigura con los años, que los cambios nos son ni buenos ni malos y que voy a acercarme a un vagón para sentir que voy a algún lugar.
Ya no toco la guitarra porque no quiero gastarla, no quiero gastarme.
Me gritan que no es bueno ser frágil, así que tendré que empezar a ser mujer y sacar toda esa mierda que mancha Madrid.
Y qué si quiero crecer más tarde y bordear la madurez, y qué si quiero cerrar mis manos y no tocarte, y qué si cada vez que sale el sol pienso que va a ser un buen día.
Perdóname si no lo entiendo, si confundo el azul con el verde azulado, si me raspo con las cosas que raspan y me río cuando me siento bien. Disculpa si voy y no vuelvo, si tiro la toalla cuando está todo perdido, si me pongo bragas blancas cuando quiero un poco de paz.
Ten en cuenta que los exploradores de sueños se están extinguiendo y que hoy me he despertado gritando porque veía bichos bonitos en tu habitación.
Las lágrimas están compuestas de un encerramiento necio. Lo siento, pero me he metido unas cuantas de majadería.

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