Se levanta, un domingo cualquiera.
Las manos tirando de las sábanas, los pies en la tierra. No ha sonado el despertador, pero hace tiempo que no mea en la cama. Se pone su vestido rojo y pasea por Madrid centro. Demasiado sol para estos días, demasiado viento para ir a la playa. Pasa un minuto y es hora de volver. Qué rápido hoy, mírate y ya es mañana.
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