No estoy solo, soy mi vida reinventada, soy la figura del guardián de mis sueños futuros, un rompecabezas que me dice: sigue, sigue, y no dejes de pensar en lo que sentías y has olvidado. Romper con las anécdotas inservibles de esta soledad que acompaña a este viejo estúpido y rufián sin nombre, sin empeño, por recordar como sea lo que venga, sin dilaciones, ni consecuencias para el día de la muerte cálida y fría, el día en el que nadie acudirá a tirar un ramo de flores a la puerta de la noche blanca.
¿Sabes? Volvamos a empezar, porque este cuento sin sentido no me gusta, y escribir sin el placer de decir adiós es demasiado doloroso par curar las heridas de antaño.
Vuelve como quieras, pero vuelve y acaríciame y dime que estas frases son las mejores que has leído nunca. Porque estoy cansada de escribir por escribir, hoy escribo sin pensar. Pienso y mi cabeza razona, y las ideas no fluyen, y mi estrafalaria vida hace del renacer de una flor la primavera entera.
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