Pamplinas de una vida

lunes, 22 de febrero de 2010

Revuelto de ideas con patatas

Ya no sé si irme a Italia o irme a Holanda.
Si llevar pañales o tirar la ropa de hace cinco años.
Estoy perdida, feliz, pero extraviada.
Anoréxica de certezas, plagada de dudas.
Si digo blanco es negro, si digo es negro…demasiado negro.
Caca, pis, teta, culo.
Espiar suena imposible, planificar inestable.
Finlandia, ¿por qué no?
Soy una niña que crece en un desorden irascible.
Ah, no. Mujer, quería decir mujer.
Independencia…malditos deseos de caminar sin entender.
Roña, la que me va a envolver en los próximos cinco instantes.
¿Yo?
Sa, se, si, so, su. Sí.
Lágrima y sonrisa se juntan en una armonía irrepetible, pero banal.
Profundiza, profundiza.
Es tan fuerte lo que no siento que a veces pienso que lo siento.
Toc-toc. ¡Nadie llama! Es de nuevo ese sonido del pasado, en las calles, que no existen, de París.

1 comentario: