Pamplinas de una vida

jueves, 3 de diciembre de 2009

Se me olvidó que te olvidé

Diciembre, el último mes del año…como el último adiós o la última vez que empezaste a contar las estrellas.
Han pasado otros 12 meses y no me he dado cuenta, quizás me ha faltado tiempo, quizás ha sido que no me he “dejado vivir”, o quizás todavía no pueda darme cuenta.
Me obsesionan las mañanas agotadas de vida, me pierdo en el día laborioso y aparezco rota en la cama, fría como el barrote del metro de regreso a casa.
Diciembre, no importa el año, ni el día de la semana, ni el número, porque ya no importa dónde estoy. Tal vez si importe a dónde voy pero un año…y como dice la canción, se me olvidó que te olvidé.
Enero, hace tiempo que pasó. Febrero, no siento ni frío ni calor. Marzo, tres meses en los que no sé si retrocedo o avanzo. Abril, el cielo parece un poco más azul, pero tengo que hacer balance de blancos. Mayo, nací, nazco y naceré. Junio, mi temperatura aumenta, pero menos que en Enero al lado del radiador. Julio, me convierto en un pez con alas. Agosto, me da miedo volver a empezar. Septiembre, soy un pez…sin alas. Octubre, enfermo, me duele la cabeza, me lesiono, me hago más y más pequeña. Noviembre, siempre me enamoro en noviembre. Y…Diciembre, el último mes del año…como el último adiós o la última vez que empezaste a contar las estrellas.
Han pasado otros 12 meses y no me he dado cuenta, quizás me ha faltado tiempo, quizás ha sido que no me he “dejado vivir”, o quizás todavía no pueda darme cuenta.
Me obsesionan las mañanas agotadas de vida, me pierdo en el día laborioso y aparezco rota en la cama, fría como el barrote del metro de regreso a casa.
Diciembre, no importa el año, ni el día de la semana, ni el número, porque ya no importa dónde estoy. Tal vez si importe a dónde voy pero un año…y como dice la canción, se me olvidó que te olvidé.
Enero, hace tiempo que pasó. Febrero, no siento ni frío ni calor. Marzo, tres meses en los que no sé si retrocedo o avanzo. Abril, el cielo parece un poco más azul, pero tengo que hacer balance de blancos. Mayo, nací, nazco y naceré. Junio, mi temperatura aumenta, pero menos que en Enero al lado del radiador. Julio, me convierto en un pez con alas. Agosto, me da miedo volver a empezar. Septiembre, soy un pez…sin alas. Octubre, enfermo, me duele la cabeza, me lesiono, me hago más y más pequeña. Noviembre, siempre me enamoro en noviembre. Y…Diciembre, el último mes del año…como el último adiós o la última vez que empezaste a contar las estrellas.
Han pasado otros 12 meses y no me he dado cuenta, quizás me ha faltado tiempo, quizás ha sido que no me he “dejado vivir”, o quizás todavía no pueda darme cuenta.
Me obsesionan las mañanas agotadas de vida, me pierdo en el día laborioso y aparezco rota en la cama, fría como el barrote del metro de regreso a casa.
Diciembre, no importa el año, ni el día de la semana, ni el número, porque ya no importa dónde estoy. Tal vez si importe a dónde voy pero un año…y como dice la canción, se me olvidó que te olvidé.
Enero, hace tiempo que pasó. Febrero, no siento ni frío ni calor. Marzo, tres meses en los que no sé si retrocedo o avanzo. Abril, el cielo parece un poco más azul, pero tengo que hacer balance de blancos. Mayo, nací, nazco y naceré. Junio, mi temperatura aumenta, pero menos que en Enero al lado del radiador. Julio, me convierto en un pez con alas. Agosto, me da miedo volver a empezar. Septiembre, soy un pez…sin alas. Octubre, enfermo, me duele la cabeza, me lesiono, me hago más y más pequeña. Noviembre, siempre me enamoro en noviembre. Y…

No hay comentarios:

Publicar un comentario