Pamplinas de una vida

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cuando faltan los detalles



Cuando faltan los detalles alguien se siente más muerto. No más triste, ni más infeliz. No siente más dolor, ni pena. Hay una parte que deja de esperar. Y no se siente distinto, ni especial. Empieza a valorar otras cosas. Le empieza a gustar ir al lado de la ventana del tren, correr al primer vagón, llegar a Atocha tres veces al día, mirar los relojes de la estación, pensar en tomarse un café en el restaurante que hay encima de las tortugas, llegar a casa, llegar muchas veces a casa en un mismo día, sonreír cuando le apetece y en fin,  todos esos pequeños detalles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario