Pamplinas de una vida

martes, 16 de agosto de 2011

Avalancha de creyentes

Hay una avalancha de jóvenes creyentes en Madrid y de repente me siento la más débil del Retiro por no creer en nada. Hoy, que he jurado no quedarme en la cama y salir a pasear al perro, no creo en nada. ¿Por qué invaden el centro? No tienen derecho a andar por ahí, con sus camisetas de colores y sonriendo a todas horas. No hay derecho. Sólo un día, un maldito día en casa después de volver y antes de marcharme, un martes como todos los martes del verano y tenía que ver sus banderas. Desde el respeto, el amor y la fraternidad les diré: Dios está en todas partes, déjenme hoy Madrid.

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