Pamplinas de una vida

domingo, 29 de noviembre de 2009

Cartoncitos para vivir

Llego a Madrid. Calle Arenal.
Hay una cola de gente que no sé si escuchan a Lechowski porque saben apreciar su lírica mezclada con los tintes de jazz o porque prefieren fumarse un porro con algo de fondo.
Un chico no lleva DNI pero tiene un abono. “Prohibido el paso sin documento legal”.
Yo…me he dejado el DNI en casa. Y de repente me doy cuenta de que no somos nadie sin un estúpido cartoncito con una foto fea y un número que nada tiene que ver con nuestra vida. Encima mi DNI empieza por 0. Tengo el número de un muerto, que ni sé quien fue ni pienso intentar saberlo. Y por dentro algo en mi cabeza me dice que alguien un día tendrá mi número de identidad y cuando se lo den no pensará en mí, sino en lo mal que queda su foto con el número de una muerta.
Hace un frío espantoso. Tres horas, atasco, Madrid más lleno que nunca, las lucecitas de Navidad en noviembre, la calle Serrano con un tiovivo. Me dan ganas de bajarme del coche y montarme en uno de esos caballitos de madera, sin más preocupación que la de si será la última vuelta.
Todo para que un chico con poca labia y mucha espalda me diga que no puedo pasar.
“Hemos pagado 30 euros”, dices. Y entonces recuerdo el día en el que estaba en Sol con una amiga. Hablábamos del dinero que nos habíamos gastado en un regalo. 37 euros. Un señor que estaba sentado al lado dijo, “perdonen si las interrumpo, pero, ¿saben cuánta comida pueden comprar con 30 euros? Es más de lo que como en dos semanas”. Y entonces pienso, “joder, deberíamos entrar a ver a Lechowski”.
Ya no queda nadie en la puerta. Sólo “el espaldas” y nosotros. Quiere dejarme pasar, pero no puede. Sus palabras dejan ver lo que piensa de verdad. Me pide un abono, “al menos”. Pienso en el chico de antes, sí, el del abono.
Sacas el i.phone. Quien me iba a decir a mi que ese cacharrito al que le tengo tan poco aprecio(que en realidad no es más que envidia), me iba a permitir entrar a escuchar un poco de buena música.
¿Signo del zodiaco? Géminis. Creo que es la primera vez que alguien me pregunta eso para saber si hablo de mi verdadera identidad o me estoy inventando otra vida. Y digo yo, puestos a inventar ¿por qué me iba a inventar una vida tan simple? Puestos a mentir, a engañar, a esquivar la realidad, ¿por qué iba a hablar de una niña que quiere escuchar a Lechowski y que se ha olvidado el DNI?
Después de media hora… ¡lo conseguimos! Ya no es “el espaldas”, ahora es “el majo, el simpático, el maravillosa persona”. Y yo no me siento bien por haber entrado, ni porque el concierto ni si quiera ha empezado, me siento bien porque no me ha hecho falta el cartoncito para ser…yo.

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