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La pistola de Chéjov y caminar de espaldas sin caer.
Porque las cosas siempre tienen un por qué.
Aparecen justificadamente, con premeditación y sin alevosía.
Si no fuera así, ¿qué serían los guiones de una vida?
Nos dedicaríamos a planear complicaciones y reveses a partir de paradigmas rehusados y cartas de otra vez será.
Escribiríamos canciones con guitarras de plástico viejo (canciones jodidamente absurdas que hablan de lo mismo cada invierno).
Si las cosas aparecieran porque sí, ¿tendría algún sentido el tiempo de estos últimos días?
No.
Quizá no.
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Las barreras, las complicaciones, los revés aparen por caminar de espalda y las decisiones obligadas son la pura justificación por haber caminado de espalda.
ResponderEliminarAprendamos a ser guionistas de nuestra vida:
“El buen guionista no es aquel que hace guiones perfectos sino aquel que sabe sacar un guión adelante”.